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Muchas veces se
ha dicho que el cuerpo humano es una máquina perfecta. Se ha investigado,
descrito, y comprendido innumerables procesos que ocurren dentro del cuerpo
humano, y que pueden de alguna forma, ser comparables con procesos dinámicos
dentro de una máquina.
En el cuerpo
humano podemos comprobar como cada estructura tiene sus propias funciones
específicas, desde la célula más diminuta hasta el sistema de órganos mas
complejo contribuye a que el cuerpo humano funcione armónicamente. Existen
también alteraciones en nuestro organismo, en la mayoría de los casos es
nuestro propio cuerpo el que las solventa de forma inmediata, la
autorregulación de la frecuencia respiratoria o la liberación de ciertas
hormonas especializadas en una tarea concreta serían dos claros ejemplos.
En lo que se
refiere a la parte motriz, el cuerpo humano desarrolla procesos mediante los
cuales consigue generar movimiento. Son el sistema óseo y el sistema muscular
principalmente los responsables del movimiento. La unión de los huesos, que
proporcionan estabilidad y sostén, junto con los músculos, que mediante
contracciones generan movimiento, se ocupan de proporcionar al cuerpo la
movilidad que necesita.
Por otra parte,
es el cerebro el que mediante el sistema nervioso recibe de manera aferente y
transmite de forma eferente la información por todo el organismo, una
información que dará las pautas a seguir a los demás sistemas. Sin duda, el
cerebro, junto con el corazón, es el órgano más importante de nuestro
organismo. El corazón es el encargado de bombear sangre a todos los demás
órganos del cuerpo humano, de ahí su gran importancia.
La interrelación entre los distintos órganos del cuerpo humano es la clave para que el organismo funcione como una “increíble máquina”, todas las funciones específicas de cada órgano, de cada célula, afectan a otras funciones que a su vez afectan a otras, por ello cuando el organismo funciona en armonía se convierte en una increíble “máquina perfecta”.
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